2014
La curaduría parte de una selección de piezas que –a través de gestos, evocaciones o representaciones- desplazan el sentido de algunos de los conceptos pilares del modelo económico imperante.
Muchas de las obras elegidas ponen sobre la mesa de discusión términos como: productividad, utilidad, horas productivas, beneficios, economías informales y valor de cambio. En ese primer eje temático se incluyen piezas que desestabilizan los procesos de producción o intercambio económico y generan así cuestionamientos en torno al valor de uso y valor de cambio de los bienes, la propiedad privada, la autoría, el espacio público y el disenso.
A través de otras de las obras elegidas es posible reflexionar sobre el papel que la economía y las relaciones construidas a través de ella juegan en la constitución del sujeto. Este segundo eje se articula tomando como referencia el método del artista alemán August Sander, quien durante varios años de su vida construyó un catálogo fotográfico de la sociedad alemana durante la república de Weimar. Las categorías elegidas por el artista contenían información que permite entender de manera ejemplar cómo es que el modo de organización de una sociedad incide en las identidades y construcción del individuo.
Finalmente, el último eje temático pone en tela de juicio la lógica de “productividad” del modelo capitalista, donde la reflexión, el pensamiento y la imaginación quedan relegados por no tener –aparentemente- un carácter “utilitario”. Bajo ese esquema, la manera en la cual se piensa el tiempo es ejemplar: la división arbitraria entre “horas productivas” y “tiempo de ocio” refiere tajantemente al momento destinado a la producción y al momento destinado al consumo.
En esa lógica, cabría preguntarse: ¿la reflexión y el conocimiento son consideradas como un trabajo?, ¿son productivas o son parte de lo que debería suceder durante el tiempo de ocio cuando nos es permitido soñar, imaginar y saciar deseos a través del consumo?
La labor del artista es ejemplar para pensar todas estas cuestiones, pues su trabajo no consiste en producir objetos, sino en producir sentidos, conocimiento, saberes. El lenguaje que utiliza para comunicarlos puede tener la forma de un video, un performance, un libro o una escultura, pero su principal función es la de formular preguntas y hacer visible lo invisible. El objeto que elige para comunicarlo es su instrumento.
Bajo esos tres amplios ejes, la intención de esta curaduría es la de mostrar la importancia que todas aquellas actividades que escapan a la lógica capitalista tienen en la constitución del individuo (y de la sociedad). Porque es solo a través del desplazamiento de sentidos y certezas que se vislumbra la posibilidad de construir otros mundos.
Gordon Matta Clark
Fotografías en blanco y negro
50 x 136 x 5 cm
Abraham Cruzvillegas
Pintura acrílica sobre hierro, rama de madera, cuero, lona impresa, pigmento anodizado en acero galvanizado y alquitrán
Fritzia Irízar Rojo
Vaciado en oro
Dimensiones variables
Cildo Meireles
Billete intervenido
6.3 x 15.5 cm
Fritzia Irízar Rojo
Billetes cortados en tiras de 2mm
6 x 15 cm
Francis Alÿs
Proyección de diapositivas de 35 mm
Medidas variables
Wolfgang Tillmans
Impresión cromógena
60.8 x 50.8 cm
Irving Penn
Impresión platino-paladio
61 x 50.7 cm
Cristina Lucas
Fotografía a color
110 x 140 cm
Santiago Sierra
Impresión cromógena
192 x 151.4 cm
Diane Arbus
Impresión plata sobre gelatina
50.8 x 40.6 cm
Carolina Esparragoza
Fosfografía en tubos de rayos catódicos
12 x 10 x 17 cm
Fritzia Irízar Rojo
Fotografías a color
27.9 x 35.6 cm
Claire Fontaine
Navajas de bolsillo, clips, broches, seguros, llaves Allen, anillos, alambre y llaveros
41.5 x 11 x 7 cm
Sigurdur Gudmundsson
2 impresiones offset en blanco y negro
63 x 44 cm
Susan Hiller
Hojas de registro y tarjetas postales
59 x 73 cm
Esteban Pastorino
Impresión cromógena
97 x 120 cm
William Kentridge
Carboncillo y pastel sobre papel
72 x 120 cm
Janine Gordon
Impresión plata sobre gelatina
50.8 x 60.96 cm
Sebastião Salgado
Impresión plata sobre gelatina
29.8 x 44.5 cm